EL MUNDO DESUES DE LAS DOS GUERRAS MUNDIALES
Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, los movimientos de las colonias evolucionaron de dos formas, aunque manteniéndose ambas dentro de la misma dinámica que antes.
En primer lugar, los años de posguerra conocieron una relativa tendencia a la descolonización “pacífica”. A pesar de la existencia de potentes y, a veces, violentos movimientos nacionales en India, África, etc. la mayoría de las antiguas potencias coloniales otorgaron fácilmente la “independencia nacional” a muchas colonias. En un artículo escrito en 1952 el grupo francés Internationalisme, que se había separado de la Izquierda Italiana en 1944 a causa de la formación del Partido en plena contrarrevolución, analizaba así la situación: «Antes, en el movimiento obrero se creía que las colonias sólo podían emanciparse en el marco de la revolución socialista. Sin duda alguna, al ser ‘los eslabones más débiles de la cadena imperialista’, con una explotación y una represión capitalistas agudizadas, las colonias eran particularmente vulnerables los movimientos sociales. Su acceso a la independencia estaba siempre ligado a la revolución en las metrópolis.
Y sin embargo, hemos visto en los últimos años a gran parte de las colonias obtener su independencia. La burguesía colonial se ha emancipado más o menos del dominio metropolitano. Este fenómeno, por muy limitado que sea en la realidad, ya no puede ser comprendido con la antigua teoría que consideraba al capitalismo colonial como simple lacayo del imperialismo, como servil contable.
La verdad es que las colonias han dejado de ser un mercado extra-capitalista para las metrópolis. Se han vuelto nuevos países capitalistas. Han perdido su carácter de salida mercantil, lo cual hace que los viejos imperialismos sean más comprensivos ante las reivindicaciones de la burguesía colonial. Hay que añadir que los propios problemas de los imperialismos (en una época en la que ha habido dos guerras mundiales) han favorecido la expansión en las colonias. El capital constante se destruyó a si mismo en Europa, mientras que crecía en las colonias y semicolonias llevando a explosiones de nacionalismo (África del Sur, Argentina, India). Hay que resaltar que esos nuevos países capitalistas, desde su creación como naciones independientes, pasan directamente a la fase de capitalismo de Estado mostrando los mismos aspectos que una economía orientada hacia la guerra como ya pusimos de relieve.
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