jueves, 10 de marzo de 2016
de la vida cotidiana y la ética.Uno de los padres de la Escuela de
Chicago, Frank Knight, reflexionaba en 1922 sobre las relaciones entre
la Economía y la Ética, y aseguraba que ambas "mantienen de modo natural
relaciones bastante íntimas, dado que ambas tratan del problema del
valor", si bien, en aras de trazar una frontera divisoria entre los dos
enfoques, aclaraba Knight que "no sólo la gran mayoría de los
economistas, sino una parte no desdeñable de los pensadores que cultivan
la ética, no han creído realmente en ella en otro sentido que en el de
la economía más o menos glorificada". Efectivamente, tanto la Economía
como la Ética se ocupan de los valores, valores de cambio la primera y
valores humanos la segunda. Ambos tipos de valores son importantes para
la vida, y ambos ocupan y han de ocupar un lugar que la propia
naturaleza de las cosas hace tangente cuando no común. El caso es que la
evolución de los acontecimientos, y seguramente de las consecuencias no
deseadas de éstos, parece estar llevando a que la cuestión relativa a
los valores tecnológicos, y financieros en general, ocupe parcelas
paulatinamente más grandes en el pensamiento y en la vida cotidiana de
esta sociedad globalizada. Y ello no ha de ser un problema per se, si no
fuera porque es en detrimento del otro tipo de valores, los éticos,
hasta tal punto que, dando la vuelta al razonamiento de Knight, lo
económico va camino de convertirse en una ética glorificada.
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